Eran otros tiempos, aunque no demasiado
lejanos. Todo ha ido demasiado deprisa, incluso el fútbol. Pero no es que haya
evolucionado el fútbol en sí como juego, que ha quedado estancado en un
reglamento obsoleto que a veces premia a quien no lo merece. Lo que ha
evolucionado a un ritmo vertiginoso es el entorno, empujado sobre todo por el
auge económico que irrumpió en todas las familias, siendo en las de menos nivel
de ingresos en donde más se notó. Estoy hablando de fútbol base.
En los equipos de ciudades pequeñas o de
pueblos, ningún padre pagaba para que su hijo jugara al fútbol. Los equipajes,
incluso los del primer equipo, eran propiedad del club, pagados seguramente por
algún directivo o por alguna empresa. Daba igual la corpulencia o la altura de
cada uno, la camiseta, o te venía bien o llevabas un saco o ibas apretadito.
Los desplazamientos se hacían en autobús,
incluso los de los equipos de la base, claro que hablando del Novelda C.F.,
sólo había un equipo infantil, un juvenil y luego más tarde un equipo promesas,
que provenía del Sagrado Corazón.
En el equipo, todos, o casi todos, tenían botas,
pero la mayoría eran las más baratas del mercado, casi todas iguales,
completamente negras. Eran las “Marco”, y bien buenas que eran. Si no se te
quedaban pequeñas las seguías utilizando, incluso con la puntera desgarrada y
un par de láminas de algodón para suplir las descosidas o partidas lengüetas.
Eran la excepción los que llevaban botas algo más caras o nuevas (Kelme, Puma,
Adidas, por citar algunas).
El brazalete de capitán, directamente no lo
había, uno tenía que ingeniárselas para buscar algo que lo identificara como un
orgulloso capitán. Una muñequera elástica con franjas de colores podía servir.
Los campos de fútbol…Interesante lo de los
campos de fútbol. Sólo en los pueblos o ciudades con un primer equipo militando
en Tercera División, y no todos, eran de césped natural. Pero muy pocos estaban
en buenas condiciones, Benidorm, Alcoyano y pocos más, por citar los referentes,
mantenían un césped en condiciones aceptables. El resto de campos estaba lleno
de calvas y brotes de hierba aislados que lo hacían tremendamente irregular,
incluso peligroso, porque podías pisar mal y doblarte el tobillo. Todos los
demás eran de tierra, y no pasaba nada. Entrenabas y jugabas, y lo máximo que
te podía ocurrir es que de vez en cuando llevaras la parte lateral de los
muslos o los codos raspados.
En relación a los padres, me gustaría
reseñar que pocos o muy pocos iban a ver
los partidos de sus hijos, y no digamos los entrenamientos. Cuestiones
laborales, familiares o simplemente preferir descansar después de una dura
semana laboral, hacía que fuéramos solos a los entrenos o los partidos de casa,
y al lugar de salida para los desplazamientos en autobús. Tampoco todos los
padres tenían coche.
Dejo para el final lo más importante para
mí. La ilusión, las ganas y el compromiso. Todo estaba más bien generalizado.
Aquél al que le daba igual, iba por ir, no mostraba interés o no daba el nivel;
o bien no se le hacía ficha o si se le hacía, acababa no jugando, y al final
era él solo el que lo dejaba.
Podría ahora extenderme marcando las
diferencias y reseñando cuales han sido los cambios, pero no lo voy a hacer,
estoy convencido que todos sabemos como funciona todo ahora en cada uno de los
apartados que he descrito.
Siento mucha añoranza de todo aquello. Era
un mérito muy grande y se sentía uno tremendamente orgulloso si conseguía
ponerse la camiseta del primer equipo de su ciudad y muchos lo conseguimos.
Llevo demasiados años esperando que eso
vuelva a ocurrir. Creo que no hay un responsable único ni una circunstancia aislada
que lo haya impedido en estos demasiados años, ya no sé ni cuantos. Han sido
muchas circunstancias y una sucesión de personas, que con mucha ilusión,
dedicación y dinero público y privado, han querido que el Novelda C.F.
estuviera lo más arriba posible, y a fe que lo consiguieron, y les felicito por
ello, aunque no esté deacuerdo.
Lo que es incuestionable es que la
situación actual ha cambiado, por lo menos algo, o bastante para algunos. Es mi
deseo que aquella ilusión que muchos tuvimos por vestir la camiseta del equipo
de nuestra ciudad, entre todos seamos capaces de volvérsela a transmitir a los
cientos de niños que practican el fútbol en Novelda, en cualquiera de los
clubes que existen. Que en vez de querer marcharse a jugar fuera, los niños
prefieran quedarse en la ciudad porque comprueben que es posible llegar al
primer equipo y así, en no demasiados años, volvamos a tener un equipo con una
importante base de jugadores de la ciudad.
Luis Fernando Berenguer Sánchez.