Hoy es domingo, ha vuelto a amanecer y ha
salido el sol. Siempre sale el sol. Sentía la necesidad de transmitir mis
sentimientos después de una jornada emocionalmente intensa y siendo capaz de
relativizar los acontecimientos, dándoles la justa importancia sin que los
hechos nublen el horizonte.
No sé en qué modo y manera serán acogidas
mis palabras cuando me dirijo a vosotros. Imagino que, dependiendo del carácter
y personalidad de cada uno, de una manera distinta; aunque en general percibo
una buena recepción. Lo que os garantizo es que la intención no es otra que
aportar un pequeñito grano de arena a vuestra mejora tanto individual como
colectiva, y no solo deportivamente.
Tenéis la inmensa suerte de estar apoyados
y respaldados por un magnífico grupo de personas (que creo que sabéis quienes
son), que han hecho posible no sólo que el Novelda C.F. como entidad no desapareciera,
sino que han conseguido hacer realidad la ilusión de crear un equipo senior que
sirviera de enlace para posibles incorporaciones de futbolistas al primer
equipo.
Sois tremendamente afortunados al estar
dirigidos por una persona joven, magníficamente preparada, insultantemente
atrevida en lo deportivo, con una confianza en vosotros digna del mayor elogio
y con algo que seguro que para casi todos pasa desapercibido: “gestos y
decisiones con cada uno de vosotros que pretenden transmitir siempre un mensaje
positivo”. Además cuenta con la colaboración y asesoramiento de una persona
joven, sensata, nada impetuosa y muy receptiva, que estoy convencido que aporta
acertadamente puntos de vista complementarios a su superior y amigo.
Formáis parte de un proyecto que no tiene
porqué ser inmediato. Toda obsesión por un objetivo final, sin tener demasiado
en cuenta las dificultades diarias que surgen irremediablemente, puede resultar
contraproducente para la consecución de dicho objetivo. Soy de los que confía
únicamente en el trabajo diario, en el sacrificio individual y colectivo, en
mantener viva la ilusión y levantar la cabeza ante cualquier adversidad, sea
colectiva por un resultado adverso; o individual por un cambio, una no
alineación o una no convocatoria, e incluso una lesión. Sólo sirve sacar la “mala leche deportiva”
que cada uno tenga, tirar de amor propio, confiar en uno mismo, respetar las
decisiones, seguir trabajando con humildad y apoyar al grupo. Como bien ha
apuntado alguno, remando juntos se llega más lejos. Y se llegue donde se
llegue, la conciencia debe quedar siempre tranquila.
Para finalizar, os aseguro que estoy
gratamente sorprendido, porque a pesar de vuestra juventud, estáis poniendo de
manifiesto una madurez, un compañerismo y un espíritu de sacrificio, que sin
duda alguna os hará crecer tanto deportiva como personalmente. Y si alguno ha
tenido la tentación de desengancharse del grupo, le ruego recapacite y siga
trabajando, porque llegará un momento en que su aportación, será tan valiosa
como lo es ahora la de otros compañeros.
Como apuntaba al principio, me parecía esta
la mejor manera de que os llegara algo que sentía necesidad de transmitiros.
Gracias por vuestra actitud y comportamiento, y os animo a seguir trabajando
cada vez que os pongáis las botas. Mi deseo, al igual que el de las personas que
os respaldan, es que en un futuro no demasiado lejano, como ya ocurrió en otras
etapas, los que venís de abajo tengáis un hueco en el primer equipo.
Luis Fernando Berenguer Sánchez.
17 de noviembre de 2013.
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