Y hasta del cielo, cubierto por una extensa
lengua de arena que la escupe a invisibles partículas sin acompañamiento de
agua, la tierra caía algodonada hasta formar un uniforme manto marronaceo sobre
todo aquello en lo que se posaba. Repisas, balcones, terrazas, coches y calles
amanecieron con un tupido velo de tierra, fruto de un solo entendible fenómeno por
parte de un meteorólogo.


De vuelta a la tierra, dan ganas de mandar
a más de uno, en un aparatito algo más espacioso que el que utilizó Félix
Baumgartner, allá arriba desde donde él se lanzó y construirles si es necesario
un adosadito lujoso, con piscina climatizada y pista de pádel (que aquí abajo
ya no caben más), y pagarles en aquel inhóspito lugar una estancia indefinida,
que seguro nos saldría mucho más barata que pagar las tropelías que han
perpetrado aquí. Así a bote pronto, se me ocurriría mandar a todo aquél que
hubiera contribuido de forma activa o pasiva a meternos en este berenjenal del
que de momento nadie sabe como sacarnos. Irían incluidos en este grupo todos
aquellos políticos, gestores públicos y directores y consejeros de bancos y cajas
de ahorros, que hubieran osado apropiarse indebidamente del dinero de los demás,
hubieran engañado a sus clientes con inversiones fraudulentas, hubieran
prestado dinero a espuertas sin reclamo de garantías suficientes para su
devolución, se hubieran asegurado indemnizaciones escandalosamente
desproporcionadas cuando dejaran el puesto, hubieran realizado obras en pueblos
y ciudades de forma innecesaria y por unos contratos imposibles de pagar, además
de hacer un gasto desorbitado en aspectos superfluos (como consejeros, coches
oficiales, chóferes, teléfonos, etc.). Por lo reciente del comentario, incluiría
también en la expedición al jefe de los
Mossos d’Esquadra, el Consejero de Interior de Cataluña, no porque se haya
embolsado dinero ajeno, sino porque aunque después rectificó sutilmente, no dudó
en afirmar que si el Estado español tenía a su disposición los Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad del Estado, Cataluña disponía de sus propias Fuerzas de
Seguridad, que sin decirlo, dejó entrever que se enfrentarían a las del Estado
español en caso de intentar impedir el utópico e ilegal referéndum propuesto
por D. Artur Mas (¿Quiere usted que Cataluña sea un nuevo estado de la Comunidad Europea).
Se produciría un debate y una tensión entre ambas fuerzas, fue lo que dijo. Además,
yo mandaría también a tan feliz destino al no nombrado representante de los
españoles en el extranjero, que se quedó cual dictador democrático venezolano
al afirmar que: “Las leyes son como las mujeres, están para violarlas”.
Tengo la nave construida, quedan unas
cuantas plazas por cubrir, si alguien sugiere la presencia de algún pasajero
que considere oportuno poner en órbita, su petición será tenida en cuenta.
Luis Fernando Berenguer Sánchez.
21 de octubre de 2012.
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