domingo, 10 de junio de 2012

Teatro de falso guiñol.


No entiendo nada, oiga. Está pasando todo como sin pasar, pero pasa. Al contrario que un buen amigo, también aficionado a las letras, me da a mí que esta vez sí que estamos anestesiados, pero no con la epidural, que nos mantiene conscientes, no, no; con anestesia general, y con el anestesista a pie de cama no vaya a ser que abramos un ojo y nos de por enterarnos de algo de lo que hacen, como sin hacer. ¿Saben que la edad de jubilación está fijada en los sesenta y siete años?, lo digo porque esto ha pasado aunque no haya afectado a nadie todavía, pero ha pasado.

Lo último, el “rescate”. Que dice De Guindos que no es rescate. Pero sólo para el treinta por ciento de la banca, pero no dice ni que banca ni cuánto para cada banco. ¿En qué quedamos? ¿No gozaba la banca española de una salud de hierro? Pues parece ser que no. Y como no soy ningún experto en materia económica, ni me entero cuando escucho hablar a los que llaman técnicos, pues que no entiendo nada, oiga. ¿Dónde está la pasta?

Se me parece todo a un teatro ambulante y callejero de falso guiñol, en el que los muñecos no son de trapo y cartón o madera, son de carne y hueso, humanos. Tampoco les mete la mano nadie por debajo, recorriéndole las entrañas hasta guiar cabeza y brazos con los dedos de la mano. Ni una distorsionada voz pone en boca del muñeco (marioneta), frase alguna con las que nos entretienen. La voz es propia, otra cosa es que el muñeco diga lo que quiere decir o lo que le han dicho que diga.

Da igual, en un caso o en otro, en las primeras horas aflora la lógica reacción de indignación casi general, porque hay quién sigue defendiendo lo propio con los ojos cerrados. Proliferan los comentarios en foros acotados de internet en el que participan personas de diferentes ideologías, o pensamientos, que ya tampoco tengo claro lo de las ideologías, como me hizo ver otro buen amigo empresario y escritor, mucho más avezado que yo en política y en la ciencia de la vida. Se comenta la cosa con los amigos o familiares y concluimos casi todos en dar con los responsables en la cárcel previa devolución del dinero mal gastado o mal gestionado, e incluso de las aberrantes indemnizaciones recibidas por el cese en la acción de las tropelías. Digo yo que todo teatro tiene que tener un director y unos actores. Algunos opinan, y parece que están en lo cierto, que el director, a esas horas estaba haciendo la maleta para irse a Polonia a ver jugar a la selección española, mientras el muñeco de turno, actor, ministro, abandonado a su suerte en el escenario, anunciaba el no rescate a la banca española.

Hoy domingo, 10 de junio de 2012, todos los periódicos rebosan artículos de opinión criticando a los ajenos, loando a los propios, o ni siquiera eso, dando palos de ciego a todo el que mueve la boca para decir algo, da igual lo que diga, se le da y punto. Pero no queda ahí la cosa, es que al mediodía también juega Rafa Nadal una final más de Roland Garros, en busca de su séptimo título del torneo parisino. Sin solución de continuidad, sin finalizar el partido de tenis, comenzará el partido de la Eurocopa en el que debutará nuestra selección (¡Ahí sí que somos buenos, puede que no haga falta que nadie nos rescate!). Pero no se muevan del sillón, que llega Fernando Alonso, líder provisional del Mundial de Automovilismo, con su Ferrari, partiendo desde la tercera plaza en la línea de salida en el Gran Premio de Canadá de Formula 1.

Aficionados a cualquiera de estas cosas, a todas o a ninguna, dedicaremos el domingo a disfrutar cada cual a su manera.

No me digan que no es un guión perfecto. A las 19:30 horas de un sábado, sale en rueda de prensa el ministro de economía, después de una reunión en videoconferencia del grupo monetario de la Unión (europea), comunica algo que ya se había acordado de antemano, lo dice sin concretar y desaparece de escena, creo que sin haber acabado el acto. Sólo los más inquietos se hacen eco al instante de la noticia, y la comentan, y otros les responden y algunos preguntan; pero poca cosa, no se crean que arde Troya. Los telediarios de la noche ya hablan de la posible gesta de Nadal, el primero en poder lograr siete victorias en Paris, del debut de la selección española, de Fernando Alonso. No me digan que esto no es una anestesia general.

Lo dicho, ya casi va a empezar Nadal, comenzará España sin haber acabado el partido de tenis y acto seguido, sin tiempo siquiera de ir a orinar, la Formula 1. Y el que no, en la playa, o con los amigos o con la familia, y mañana a trabajar quién tenga trabajo y a buscarse la vida el resto.

Señores, la función sigue, estén atentos y no se pierdan ningún acto, les guste o no, la función digo, aunque no hayan sacado entrada, no teman, aquí sí, sin anestesia alguna, se la van a cobrar de tribuna.


Luis Fernando Berenguer Sánchez.
10 de junio de 2012.

1 comentario:

  1. ¡Genial! Solo con anestesia,se puede convertir al público en "bebés-marionetas" a los que despistan y les hacen girar la cabeza hacia otro sitio,para que no melesten....Los problemas crecen....la atención disminuye....¿No pasa nada? Aquí influye mucho el poder de los medios de comunicación....

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